La emotiva boda de Regina y Miguel

La historia que os contaremos hoy comenzó hace 6 años. Regina, nuestra novia, estaba estudiando un máster de periodismo cultural, cuando empezó a colaborar con Ritmos 21, una revista digital, donde Miguel, el novio, era redactor jefe. Además de compañeros, fueron buenos amigos y algo más… Hoy os contamos su boda.

El año pasado, durante el puente de San Isidro se fueron juntos a pasar unos días a la playa. Era una noche cualquiera de primavera, pero de esas que sin esperarlo pueden convertirse en inolvidables.

Cuando terminaron de cenar, se creó un ambiente mágico. Miguel la sorprendió esperándola de rodillas con un precioso anillo de compromiso.  

Tres, dos, uno… aquí comienza la aventura.  

Una vez elegida la fecha y el lugar de la boda, tocaba buscar el vestido, quizás uno de los pasos más difíciles para una novia. Pero no para la nuestra, Regina no lo dudó ni un momento. Sabía que su vestido iba a ser de Impúribus y que con Sara todo iba a ser mucho más fácil.

«Sara y yo nos conocimos hace años cuando la entrevisté para un reportaje sobre novias. Su estilo puro y minimalista encajaba perfectamente con el mío. Además, quería un vestido único, que se adaptara totalmente a mi personalidad. Por eso no dudé en elegirla. Ella debía crear el vestido para el gran día.»

Tras varias ideas, finalmente dimos con el traje ideal para nuestra novia. Tenía que ser algo sencillo y con pequeños detalles especiales que reflejaran su espíritu minimalista.  

Y por fin llegó el día de la boda. Los momentos previos son de los más emocionantes que se viven en este gran día. Sonrisas, nervios, lágrimas, y muchos más sentimientos invaden a nuestras novias en muy poco tiempo.

Regina lo vivió en su casa. Se preparó con ayuda de su madre y su hermano. Fue uno de los momentos más sentimentales que vivió ese día junto a su familia.  

Nuestra novia lució un precioso vestido en crepé con gran caída, de escote redondo y espalda muy pronunciada en V, rematada con una delicada puntilla bordada con pequeños ramilletes y una larga hilera de botones forrados que cerraban la prenda.

 

Con la misma blonda utilizada en la espalda, elaboramos unas preciosas y favorecedoras mangas abullonadasmuy en tendencia en el último año.

El cinturón de terciopelo rosa que rodeaba su cintura fue el detalle final del vestido que elegimos en las últimas pruebas y que definió aún más su personalidad. A nuestra novia le encantó la idea, ya que combinaba a la perfección con los zapatos que había elegido.

Para culminar el diseño, un largo velo liso de tul blanco. Al ser una boda en un espacio grande, pensamos que un “velo catedral” sería la mejor opción, ya que alarga la silueta del vestido, haciendo más cola y aportando sensación de grandeza.  

Para completar el look, lució un coqueto tocado de Canbella hecho a medida, que unía recogido y velo. Compuesto por flores de porcelana fría en colores suaves como el salmón, gris y blanco.

Las joyas (pendientes y pulsera) no podían estar mejor elegidas. Eran de su bisabuela, las que ella misma llevó en su boda a principios del siglo XX y que más tarde lució su madre el día de su boda. Sin duda, el complemento perfecto que además guardaba unos sentimientos muy especiales para toda la familia.

¿Y qué deciros del ramo? Nos encanta su aire campestre, compuesto por astilbe rosa, astrantia blanca y margaritas. Estas últimas, representan la inocencia, la alegría y la pureza, y son símbolo del comienzo de algo; una elección ideal para este gran día.

Nuria, de la floristería El Jardín, fue la encargada de elaborar esta preciosa composición.

Rocío y Eva, las peluqueras que le peinan desde bien pequeña, le hicieron un elegante recogido que encajaba totalmente con su estilo. La conocen de toda la vida y sabían exactamente lo que quería.

Para el maquillaje confió en Raquel Pérez, que a base de tonos naturales consiguió favorecer aún más sus bonitas facciones e intensificar su preciosa mirada.  

 

Y llegó el momento más esperado. La ceremonia tuvo lugar en la Catedral de Albacete el 22 de junio de 2019, donde llegó en un elegante Mercedes granate que había pertenecido a su abuelo Avelino.

 Los nervios eran inevitables, pero la compañía de su padre consiguió calmarla.

Ya solo le separaban unos pocos pasos de Miguel. Con decisión, cruzó el enorme portal y avanzó hacia el altar del brazo del padrino.  

La ceremonia fue oficiada por Ignacio Mirón, tío de Miguel. Como nos cuenta Regina, fue maravilloso porque la homilía se adaptó totalmente a ellos.

Fueron muchos los momentos emotivos e inesperados que vivieron tanto la pareja como los invitados a lo largo de la celebración.

«Hacía tiempo había escrito una pequeña reflexión de lo que significaba para mí ese paso que estábamos dando, el de decir sí a una vida nueva, a un proyecto de vida. Mi hermano se encargó de leer el texto, mientras los músicos interpretaban la canción favorita de Miguel, «Hoppipolla», de Sigur Rós. Se emocionó mucho.» «En la Iglesia, una de las sobrinas de Miguel, que formaba parte del cortejo de niñas, interpretó Hallelujah, de Leonard Cohen. Nadie lo sabía, ni si quiera sus propios padres.»  

Desde el primer momento Regina tuvo claro lo que quería hacer con su ramo. Sus abuelos Regina y Paco están en la Catedral de Albacete, en un columbario. Le hubiera encantado tenerles con ella en un día tan especial, y por eso decidió que el ramo sería para ellos. Era una manera de que estuvieran un poco más cerca.

Al terminar la ceremonia su hermano se encargó de subirles las flores.

«…creo que fue algo bonito y cada vez me alegro más de haberlo hecho.» -Regina.  

Para la celebración del banquete, la pareja quería un espacio donde los invitados pudieran cenar bajo el cielo de una agradable noche de verano. “El Parador” de Albacete fue el sitio escogido. Una acogedora edificación de estilo manchego en medio de la campiña, que a ella le gustaba desde que era muy pequeña.  

En la entrada de los novios a la cena, en lugar de sonar la canción que habían elegido, una de las primas de Regina, Luisa Navarro, interpretó su propia versión de la canción favorita de la novia, “Por el boulevard de los sueños rotos”, de Los Secretos.

Pero las sorpresas no quedaron ahí…

«…dos amigos nuestros que son pareja, Cristina y Marcos, dieron un discurso precioso. A ellos se unieron Ignacio y Miguel Ángel. Juntos, los cuatros tocaron y cantaron “Perfect ate”, una de las canciones que Miguel y sus amigos tocaban en un grupo que tuvieron en sus años de universidad, Mi happy réquiem.»  

Sin duda fue una boda muy emotiva por la implicación de muchos de los invitados, que consiguieron hacer de este gran día algo inolvidable para los novios.

  «Uno de los momentos más divertidos fue durante la cena. A los postres, los ocho hermanos de Miguel dieron un discurso conjunto en el que repasaron todas esas anécdotas divertidas que hay en las familias.»  


Sara Campos y Javier Nadales, creadores de Carretera y Manta, fueron los fotógrafos que se encargaron de capturar cada detalle e instante vivido por nuestros novios e invitados ese gran día.  

Y hasta aquí la emotiva boda de hoy. Pronto volveremos para sorprenderos con más historias de nuestras novias e inspiraros con nuevas ideas para vuestro gran día.

Por Elena García  

 

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