La boda de Alba y Alberto en Cuéllar

En esta ocasión, nos sumergimos en el encanto y la belleza de una novia Impúribus. Cada detalle de su boda se convierte en un reflejo de la personalidad y la autenticidad de Alba. Tener una pareja es una experiencia hermosa y significativa en la vida de muchas personas, por este motivo y diez años más tarde esta pareja se da el sí quiero. La pedida de mano fue en uno de los lugares con un atardecer más hipnótico y romántico de Menorca, el Faro de Punta Nati.

Alba lucía espectacular con maquillaje y peluquería a manos de Paloma Baena.

Llevaba un vestido con diferentes texturas y calados; crepé, organza de seda y puntilla de flecos, junto con el motivo geométrico del guipure, aportaban un estilo bohemio al conjunto

“ Sara hizo magia. Buscaba un tejido de guipure geométrico y en cuestión de días Sara dio con el perfecto. Mangas, espalda, y escote fueron saliendo poco a poco en cada visita y la falda de volantes quedó increíble.” – nos cuenta la novia.

Y como es tradición utilizar algo prestado, la novia llevaba una pulsera de su madre y un hermoso tocado de M de Paulet de su cuñada. Los pendientes de la misma marca, fueron regalo de las amigas.

“El ramo fue de Floraila, lo eligieron las tres personas más especiales que tengo en mi vida, a las que luego se lo daría. Son mis ángeles de la guardia, Manuela, M.Ángeles y Ana. También Regalé a las mujeres más importantes de mi vida una pulsera que hice yo con la tela del vestido y una chapa que decía “un pedacito de mi” – nos cuenta Alba.

Utilizaron un Mercedes 280 clásico de 1972, del tío y chófer para la ocasión de Alba.

La boda tuvo lugar en la iglesia de Santa María de la Cuesta en Cuéllar, Segovia. La madre de Alba les regaló una experiencia única para todos los presentes; el acompañamiento musical en la ceremonia de un grupo de música castellana para sorprender a la pareja.

También los compañeros de Alberto, les sorprendieron con el tradicional pasillo de espadas, que representa el apoyo y la protección hacia la nueva pareja.

El novio vestía el traje de gran gala de la policía nacional.

“… tras la comida se cambió a un chaqué azul marino con chaleco de cuadros y corbata burdeos; era técnicamente imposible que le pudiera quedar mejor! – Alba.

Y hubo más sorpresas: “Cuando mi padre me cantó una canción que desde niña me cantó a la que le incluyó una estrofa escrita por él.” – nos emociona Alba.

La novia eligió una preciosa pamela de Masario para el momento del cocktail.